Por un buen tiempo, los seres humanos somos de lo mas inútiles y dependientes. ¡Hasta la comida nos tienen que llevar a la boca! porque somos incapaces de arrastrarnos a las glándulas mamarias, y pelear por lo nuestro. ¡Y que decir de los pollitos, por ejemplo, que casi desde que salen del cascarón ¡Ya están pepenando lo que pueden, y de dónde pueden!
Lo interesante del homo sapiens es que, desde que comenzamos a respirar ¡comienzan las ganancias! Poco a poco nos vamos desprendiendo de los brazos, para movernos y expresarnos. ¡Ya pedimos, y a veces hasta exigimos!
En términos generales, pasa un buen tiempo, para hacer a un lado la dependencia. Claro que por diversos motivos ¡hay algunas excepciones!
Hasta ese momento ¡todo ha sido ganar, ganar, ganar y seguir ganando!
¡Qué maravilla! Tomamos nuestras propias decisiones, más o menos hacemos lo que queremos ¡y somos adultos jóvenes plenos y capaces!
Nos quedamos en que «todo se había tratado de ganancias, hasta que llegamos a la etapa de adultos jóvenes plenos y capaces».
Casi nadie sabe, o no se da cuenta, no se quiere dar cuenta ¡y ni siquiera quiere pensar, cuando y cómo comienzan las pérdidas.
Independientemente de las canas, las arrugas ¡y todo lo demás! empezamos a vivir con una bola de limitaciones, en donde el común denominador es el cansancio. Cansancio para desplazarnos, subir, bajar, levantarnos, etc etc etc etc etc.
¡Y llega la Navidad!
En el peor de los casos ¡hacemos regalos materiales!
En el mejor de los casos, hacemos o acompañamos a los anteriores, con deseos tales como: PAZ, AMOR, COMPRENSIÓN, ARMONÍA ¡y todo los demás!
Por lo general no se nos ocurre regalar el mejor consejo que se me viene a la mente. Algo que aprendí de mi querido amigo PEPE, quién fue feliz, a pesar de estar atado a una silla de ruedas eléctrica: ¡ACTITUD!
Sin más rodeos, concluyo parafraseando un pensamiento que se me ocurrió escribirle a un muy querido amigo, quién me llenó de extraordinarios deseos:
«Creo que el que recibamos todos esos regalos que dices, es más cuestión de ¡ACTITUD!
Con el tiempo se va perdiendo la SALUD, pero debemos ser cuidadosos de que el ánimo no nos abandone.