De por sí, LA FOTOGRAFÍA era ya una forma de recordar los momentos importantes para cada quien. Pero hacía falta quitar esa sensación estática, aunque en un principio no contara la cinematografía con el mejor complemento para narrar lo que se quisiera: EL SONIDO.
En sus inicios, se trataba del CINE MUDO. Se unían y sumaban, una tras otra, las imágenes ¡Y AHÍ Y ENTONCES SURGIÓ LA MAGIA Y LA FANTASÍA DEL CINE!
Sí bien se incluían cartones que narraban las acciones, y sustituían los diálogos, y mucho de lo que sucedía; la magia recaía entonces en la impecable Dirección, y en el tremendo esfuerzo del Talento Artístico.
Varios personajes se dan cita en lo que parece ser «EL MOMENTO ADECUADO EN EL LUGAR ADECUADO»…o eso parece.
Cada quién trae su historia, sus sueños, y su forma de aprovechar lo que debe aprovechar.
La meca californiana del CINE, inmersa en el interminable movimiento de «Los alegres 20’s, recibe a cada uno de estos singulares personajes, dentro de un ambiente sin igual.
El único detalle ahora es que EL CINE MUDO YA NO ES MUDO.